La Gran Muralla Verde Africana

Extendiéndose a través del ancho de África, las regiones más al sur del desierto del Sahara, conocida como el Sahel; es una zona de constante batalla entre desierto y sabana, pero en los últimos años estamos viendo la sabana perder la batalla. Gracias al cambio climático e incendios forestales el desierto se está expandiendo al sur dejando cada vez más terreno infértil. Esto ha causado que cientos de personas migren de su comunidad a otras ciudades con más recursos y oportunidades; lo que afecta la economía de los ya propensos africanos que aún viven allí.

Este problema se ha acentuado tanto en los países de la zona que incluso ha causado preocupación en los países que se encuentran más al sur. Estos ya están sufriendo una crisis migratoria, al recibir personas que, huyendo de la desertificación se refugian en estos países en busca de mejores oportunidades. Además, el desierto ha seguido expandiéndose a paso acelerado y nada indica que vaya a detener su avance por el continente. Es por esta preocupación que en el año 2007 se propuso una idea que ahora estamos viendo surgir con fuerza, la Gran Muralla Verde.

¿Que es?

La Gran Muralla Verde  no es una barrera para separar, sino, segun sus promotores, es más bien un bosque de esperanza. Se trata de un plan para impedir que la desertificación avance arruinando las áreas productivas. Y restaurar lo que tras años de explotacion, incendios forestales, y tala desmedida para crear terreno de cultivo, se ha ido perdiendo. Esto mediante la plantación de árboles como la Acacia, que son resistentes a la sequía, a través de 11 países desde Senegal hasta Yibuti.

Alrededor de 20 países africanos se han unido para realizar esta idea; además entidades como el Banco Internacional, las Naciones Unidas y la Unión Africana se han comprometido a ayudar a financiar el proyecto, que se calcula que costara unos 8 mil millones de dólares. Se extenderá un total de 8,000 km de largo y tendrá un espesor de 15 km. La idea es que los arboles bajaran las temperaturas; atraparan toneladas de carbono; restaurarán todos los acres de bosque que se han quemado en los ultimos años; restituirán los bosques que existian antes que fueran talados para hacer espacio para cultivos; y detendrán el viento que está arrastrando constantemente al desierto del Sahara cada vez más al sur.

Pero la Gran Pregunta es ¿Funcionará?

De hecho ya está dando resultados. En las zonas donde se han plantado árboles se han refrenado las tormentas de arena que erosionan la tierra. Además, los arboles proveen sombra, lo que baja la temperatura, reduciendo el consumo de agua; sus hojas se convierten en composta que ayuda a los cultivos; y sus raíces acumulan reservas de agua en el suelo, por lo que pozos que estaban secos se están volviendo a llenar.

Además, la muralla verde ha contribuido directamente a la economía de los países donde se ha implementado. Ha brindado trabajo a las mujeres pobres que son la principal demografía del Sahel. Los jóvenes antes emigraban para buscar trabajo, ya que la agricultura estaba dejando de ser posible en su tierra; y se iban a las ciudades buscando una mejor calidad de vida y una forma de ayudar a sus familias. Pero gracias a la iniciativa, la tierra ahora es fértil y necesita menos agua para las cosechas, y los africanos se están quedando para trabajar en sus aldeas. Además, la misma edificación de la muralla ha generado fuentes de trabajo para cientos de personas, que ahora en lugar de emigrar a las ciudades emigran cerca de la muralla.

Las personas en esta región, que se encuentran entre la demografía de los más pobres del planeta, han sido unas de las primeras en enfrentar el cambio climático cara a cara. El 70% de la población vive en zonas rurales, y se han convertido en testigos y víctimas del daño que está causando el calentamiento global e incendios probocados. Por años las personas de estas naciones han observado impotentes como el cambio climático afecta cada aspecto de su vida cotidiana, forzándolos a la evacuación, inanición y pobreza. Por eso esta medida ha traído esperanza al pueblo africano.

Entonces ¿Africa se salvó?

Lamentablemente la respuesta es, aún no, pues no han faltado complicaciones y detractores. Por un lado, varios países donde se debe implementar el plan están regidos por inestabilidad política permanente o lideres poco dados a relaciones internacionales. Pero el principal problema son las personas, que, aunque entienden que el muro verde les ayudara mucho a futuro, tienen necesidades más inmediatas. Por lo que ven a los árboles plantados como fuentes para extraer recursos como carbón o savia y han empezado a deforestar el recién plantado bosque.

Se proyecta que para el año 2030 el proyecto haya restaurado 100 millones de hectáreas de terreno; que retenga 250 millones de toneladas de carbono; y que genere más de 300 mil empleos en el área rural cercana a la muralla. Estos estimados han sido considerados muy optimistas, pero ya que el proyecto ha avanzado más rápido de lo previsto, su efectividad aún está por verse.

El cambio climático es una responsabilidad compartida, lo que significa que su importancia va más allá de la importancia de leyes, fronteras e idealmente incluso más allá de la economía. Se trata de un problema que no amenaza a todos sin importar quien seas; y por eso es responsabilidad de todas las personas hacer lo posible por combatirlo. Donar es una de las formas más efectivas de reutilizar y reciclar, en Traperos Solidarios de Emaús Perú nos aseguramos que sus donaciones lleguen a manos de los que más las necesitan.